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Ciclistas, Animales y otras cosas

El cromatismo de los cuadros de Rando emerge como un ser vivo que apela a la verdad: punto de encuentro entre el mundo y la tierra, entre lo que figura ante nuestros ojos y el sentido oculto que subyace en los objetos, en la naturaleza y en los seres que pueblan nuestra existencia.

Rando añora en cada cuadro un mundo percibido como testimonio del ser, en el que la realidad y la verdad del arte se encuentren, y nos recuerda siempre que podemos y debemos aspirar a citarnos con la expresión que nos remita a la profundidad generosa de la naturaleza, como vía para hallar una verdad humana de la cual parecemos huir cada día más meticulosamente y con creciente desasosiego.